miércoles, 25 de abril de 2018

Las dos caras...

...de la luna, del sol, de la moneda, del espejo o de nosotros mismos. Todo lo que conocemos tiene dos caras.

Somos una rara mezcla de bien y de mal.

Es inútil tratar de ignorar que en cada uno de nosotros hay un fuego abrasador que tratamos siempre de mantener a raya, conviviendo con los ríos de agua cristalina que nos aportan el sentido común, la espiritualidad y la bondad interior.

El equilibrio que permite que las necesidades dañinas se mantengan controladas no es perfecto y por eso encontramos casos que nos asombran, cuando pretendemos ver siempre el lado bueno o malo de las personas y como un flash vislumbramos algo que nos confunde

Para la muestra, un botón: dos personas a las que considero "buenas":
- Una señora elegante, muy adinerada, gentil, bien educada, que ante los problemas toma decisiones acertadas, decide matar a la gata y sus gatitos recién nacidos que se suben a su tejado y hacen ruido por las noches...
- Una joven pro-activa, servicial, muy devota de la virgen y siempre haciendo buenos obras, decide apoyar las acciones irresponsables y disolutas de alguien que con ellas maltrata a sus mas allegados...

No hay escrúpulos ante la "necesidad" de acabar con la incomodidad, en el primer caso. No hay tampoco escrúpulos para tolerar conductas dañinas mientras "no sean las mías", en el segundo caso.

Y así, a medida que nos pasan los años vamos ganando experiencia sobre la dificultad del hombre para mantener a raya esa oscura fuerza que tiende a aflorar cuando es mas fácil tomar una decisión rápida y mas difícil sentir culpa. 

Las personas que encuentran difícil sentir culpa, generalmente la pasan bien o, por lo menos, mucho mejor que las demás. Porque sus decisiones pueden ser tajantes, ya sean buenas o malas, sin que representen molestias.

Sin embargo no se puede desconocer que en todo momento cada persona está peleando con sus propios "demonios" y que esas batallas interiores son las que nos hacen fuertes y flexibles al mismo tiempo.

Reconocer que esa dualidad siempre va a estar presente nos ayudará a tener mas control sobre todas las opciones posibles para elegir la que mas se ajuste a los principios y valores que queremos fortalecer. 

Y también nos permitirá estar mas abiertos a las acciones "desacertadas" (según nosotros) que toman otros, -cuando los hemos rodeado de una halo de bondad o rectitud total- sin que esto implique eliminarlas de la lista de amigos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario