domingo, 3 de enero de 2016

La delgada línea entre preferir y discriminar...

¿En los ojos de quién está lo malo y lo bueno? ¿En los ojos del que lo exhibe o en los ojos del que lo ve?

Se armó una tremenda discusión a raíz de un par de mensajes compartidos en el chat de un grupo de amigas que estudiamos juntas los primeros años de nuestras vidas. Dichos mensajes "chistosos" tenían cierto grado de porno y muchos grados de grotesco y poco delicados.

Para ponerlo en el contexto: grupo de mujeres, aproximadamente 30, de más de 40 años todas, casadas la mayoría, unas pocas solteras o separadas, con hijos y sin hijos, algunas con nietos, viviendo en varias ciudades del país y del exterior, de diferentes estratos sociales, con diversidad de costumbres y valores, profesando diferentes credos religiosos y políticos... en fin, una amalgama de sabores y saberes con algo en común: todas estudiamos en un Colegio religioso donde compartimos parcial o totalmente, nuestra niñez, adolescencia y principio de nuestra juventud.

Como parte de la celebración de este aniversario de graduadas, se creó el chat para intercambiar actualizaciones, recuerdos, fechas importantes, información de cada una y, por supuesto, chistes. Como en todo grupo que se respete, tenemos la que siempre está alegre, la que pone resistencia, la que solo lee, la que habla bastante, la que regaña, la que se goza todo, y siga contando...

Mas de seis meses después de estar compartiendo por este medio, hemos vuelto a sentirnos cercanas y a interesarnos por las cosas importantes de cada una; hemos discutido los preparativos de la fiesta y también hemos mantenido discusiones sanas por las diferencias en la forma de ver las cosas. Pero esta última discusión fue esclarecedora acerca de la delgada línea que hay entre preferir y discriminar.

Aunque todas estuvimos de acuerdo en que las imágenes eran chocantes un grupo pequeño optó por opinar que era un grupo abierto de adultas y que lo que se publique cada quien es libre de verlo, leerlo, ignorarlo o borrarlo. Otro grupo pequeño no se manifestó por lo que supongo que no le afecta y le da igual lo que se publique. Es resto del grupo, mas numeroso, puso el "grito en cielo", aduciendo cosas como el respeto, la estética, el peligro de que cayera en manos de algún niño, el carácter "pornográfico" de quien la publicó, la decencia, etc.

A la pregunta directa, recibí respuestas que abarcaron todas las anteriores y una que también se repitió: "si hubiera sido una mujer bonita hasta la hubiera pasado..." Es ésta una preferencia o es francamente una discriminación?

Por supuesto, todos preferimos lo bonito a lo feo, lo bueno a lo malo, lo coherente a lo incoherente, lo....

A la mujer bonita se la puede ver haciendo lo que sea sin que parezca grosero o vulgar y por eso se prefiere sobre la mujer fea? No debe, la mujer fea, con su falta de belleza o estilo, perturbar la tranquilidad de las personas? o la mujer gorda, o la de piel oscura? Y que hay de las discapacitadas, de las de estatura muy alta o muy baja, de las que tienen cicatrices, etc? O sea...?

En el país se está viviendo ahora una atmósfera enrarecida en la que todo el mundo demanda al otro, incluso al cuenta chistes, porque no se puede decir negro, gordo, indio, gay, gago o cualquier otra etiqueta que se te ocurra, sin que alguien se sienta ofendido y discriminado. Ya no se puede hacer chistes abiertamente sobre las personas de ciertas zonas geográficas que se distinguieron por características que siempre han hecho parte del folclor y de las leyendas urbanas de los colombianos. Tampoco se puede discutir en público porque alguien está filmando lo que pasa y ante cualquier palabra, dicha en el fragor de la batalla con ánimo acusador, se hace de tal evento un motivo para demandar o para discutir sobre la discriminación.

"Es como si estuviéramos entrando en una cultura de la queja y del escándalo, que excluye toda discusión." - Publicado por Hector Abad Faciolince: Lo correcto y la libertad de expresión en Nov 15 de 2015 en El Espectador.

Esta atmósfera está haciendo estrago en las relaciones interpersonales a tal punto que todos nos sentimos calificados para señalar con el dedo lo que está bien y lo que está mal, quien es bueno porque le gusta lo que a mi me gusta y quien es malo porque no.

¿Cual es la linea que separa el respeto por los otros, a pesar de las diferencias y preferencias, del derecho a mostrar lo que yo quiero? ¿En los ojos de quién está lo malo y lo bueno? lo grotesco y lo apropiado? lo adecuado o lo inadecuado? En los ojos del que lo exhibe o en los ojos del que lo ve? En qué momento preferir se vuelve discriminar lo que queda fuera de mis preferencias?

La libertad de expresión cumple su función en el momento en que involucra al interlocutor en parte de la información. Entonces, ¿cuál información puedo trasmitir sin herir susceptibilidades y cual recibo sin dejar que afecte mi sentido del pudor o de la decencia?

Tema para hilar bastante... En todo caso, para bien del grupo, ejerciendo nuestro sentido común y primando el compañerismo  no se generó distanciamiento ni resentimientos por esta discusión y las cosas han seguido su cauce normal. Sólo un poco mas aburridas porque las intervenciones chistosas, algo subidas de tono, se redujeron notablemente!