miércoles, 20 de mayo de 2015

El engranaje de la seducción

Yo creo que la seducción es un arte y también un deporte.  El arte está en el desplegar de artilugios que el ojo maravillado del observador ve como un premio que vale la pena ganar. El deporte está en la práctica constante y el perfeccionamiento de las rutinas para ir dejando en el campo a los competidores y salir la mayoría de las veces ganador. Como el cazador, el seductor  identifica una presa y va por ella. Cueste lo que cueste.

El buen conquistador, sin diferencia de género, brinda a la presa todos los detalles para hacerla sentir deseada, respetada, amada y mimada. Arma un escenario tan idílico que cuando terceros, con su mirada objetiva o por conocimiento de causa, quieren prevenir al seducido éstos son borrados totalmente de sus afectos.

La perfección de la relación hace que un velo invisible de satisfacción y de deseo rodee a la víctima con tal firmeza que no hay espacio para otros ni para otras cosas: la vida se acelera y se vuelve brillante, se acompasa el propio caminar al paso del otro, se absorbe todo lo del otro como si fuese el único alimento para alma y cuerpo y se cierra totalmente el corazón a las señales de alerta sobre el peligro de una relación tan ideal.

Estos artistas de la seducción, independientemente de como sean realmente en su interior, tienen varias pieles: hombre/mujer de mundo, bien educados, cariñosos con los niños, serviciales con los ancianos, extremadamente gentiles con las otras mujeres de la familia, espléndidos en los gastos, totalmente comprometidos con la relación a tal punto que parece que no tuvieran vida propia sino que está todo el tiempo disponible y en función de su nueva conquista.

El seductor es casi siempre una personas casada -a punto de separarse ante la mayoría- que mantiene a toda costa su privacidad y oculta su vida familiar a los ojos de los demás, aún de sus mas cercanos;  tiene muchos grupos de amigos, aparentemente todos íntimos;  recibe abundantes favores de todo tipo de personas -se venden bien- activos en muchas redes sociales donde no hay un solo miembro de su hogar; son "los mejores amigos" de todo el mundo especialmente de gente prestante...

Conquistadores como éste tienen pocas relaciones duraderas. Si se indaga en su pasado se encontraran indicios de que ha tenido varias -muchas- parejas a las que disfrutó al máximo y ahora hacen parte de la lista de sus amistades: amigos para siempre porque compartieron tantos momentos engañando a otros que nadie quiere ser su enemigo. 

Cuando el seductor se queda corto con las herramientas que debe desplegar para mantener contenta a su pareja empieza poco a poco a quejarse de malos negocios hechos por sus familiares que ahora debe asumir, enfermedades de sus allegados que ahora interfieren en sus encuentros cotidianos, obligaciones que tiene con uno y con otro, etc. Por momentos aflorará el mal gusto en sus comentarios o acciones con otros, que casi siempre están por debajo de su escala social.

Transcurrido cierto tiempo se cansa él o se cansa ella.
Las dos causas principales para el rompimiento de sus relaciones son: el aburrimiento ahora que la presa no representa novedad alguna o que el otro haya entrado en contacto con la realidad y captado la base falsa sobre la cual pisa.

Cuando la relación se consolida es porque el beneficio que recibe el cazador es mayor al esfuerzo que debe hacer para sentar cabeza... hasta cuando ponga sus ojos en otra presa y empezará nuevamente el ciclo!

Las personas mas vulnerables a este tipo de seductores son casi siempre maduras o que superan los treinta, con parejas dedicadas al trabajo o a otras relaciones, con vidas ya establecidas prósperas y algo aburridas, o solos pero con hijos ya grandes o al cuidado de terceros, con mucho tiempo libre y dispuestos a disfrutar de manera secreta y plena ese entusiasmo que da la infidelidad o la novedad.

Ante semejante "buen partido" solo queda tratar de ser cautelosos y hacerse las preguntas de rigor que están llenas de sentido común:
- Por qué tan buen partido todavía no está comprometido? indagar qué ha provocado esto
- Cuántas parejas ha tenido? muchas puede significar falta de compromiso o que no llena las expectativas
- Qué tipo de relación guarda con sus familiares cercanos? el mejor medidor de que tan cariñoso, dedicado y cumplidor es
- Siendo una persona adulta y con un trabajo estable, cuáles son las propiedades y ahorros disponibles para su nueva vida de pareja? si no tiene mucho y ademas lo agobian las deudas su dinero ha podido irse por el camino de la vida fácil
- Cómo actúa cuando está ante las personas que le sirven? quien trata mal a los que le sirven tarde o temprano tratará mal a los que no le sirven
-  Miente o te induce a mentir y a engañar a otros para mantener una imagen? Lo que le haga a otros probablemente te lo hará a ti después

Consolidar una relación seria y feliz después de cierta edad o después de fracasos y separaciones es una meta deseable para todas las personas: asegurar una vejez acompañada de alguien fuerte y entretenido que nos proteja y nos haga la vida interesante cuando ya los hijos se hayan independizado, disfrutar y compartir lugares, artes y alegrías, enfrentar los retos y dificultades que  llegan con los años, etc.

Por eso se debe ser cuidadoso al escoger la pareja reduciendo al mínimo el riesgo de ganarnos a un seductor que poco a poco desarrollará una rutina de abusos emocionales que desgaste nuestra energía y nuestra confianza en el amor desinteresado.

Los signos de peligro siempre están ahí para los que miran con verdadero interés una relación. Las opciones son dos: dejarse llevar por el ritmo que el seductor marque o alejarse un poco para apreciar el panorama completo y entonces confrontarlo para saber si hay que HUIR!