lunes, 1 de julio de 2013

Una Tremenda Aventura!



"Algún día entenderemos que las maravillas de los niños solo le interesan a los papás y a una que otra tía" -tuit. "Y a los que trabajamos con ellos!" -mi tuit respuesta. 


Todos en algún momento lo han sentido así. Ir por la vida con un hijo y uno o dos sobrinitos o hijos de amigos no nos hace expertos en niños. Así como tampoco nos da una idea real de lo que los niños traen consigo.


Los niños vienen en variadas tallas y formas y con diferentes habilidades y comportamientos. También tienen diferentes formas de expresarse con cercanos y extraños, estando solos o en grupo, estando en un ambiente conocido o en uno nuevo.


En cada grupo de niños hay uno de los tipos definidos en los grupos de adultos: el lento, el rápido, el peleonero, el conciliador, el bonachón, el amargado, el miedoso, el arriesgado, el interesado en todo, el interesado en nada, el pechichón, el encantador, el llorón... Pero todos, sea cual sea la etiqueta que los defina, son pequeñas personas en formación, vulnerables y valiosos y llenos del poder innato del asombro y de la alegría, de la acción y de la exploración.


Cada uno muestra su esencia en los actos rutinarios y es el roce con otras personas, niños o adultos, lo que les enseña formas de comportamiento mas gratificantes que otras y como pueden ejercer éstas para obtener ventajas. Absorben como esponjas lo que ven y retienen lo que les gusta.


Vivir con niños o tenerlos a nuestro cuidado demanda una gran dosis de energía para seguirlos en su permanente actividad, dejándolos libres para experimentar y ejercitar las nuevas habilidades pero vigilantes para minimizar los riesgos de sus acciones en constante cambio. Pero que gratificante es! porque recuerdas el significado de la sencillez y la ternura, del arrojo y el asombro, de las reprimendas y de las recompensas... Definitivamente, nosotros también aprendemos de los niños y tenerlos en nuestras vidas es una gran aventura!