martes, 19 de diciembre de 2017

Esa inquietante sensación de que hay cosas llegando tarde a tu vida...

...O de que tu estás llegando tarde a ellas!

Esa impresión de que no es el lugar o la hora precisos para abrazar aquello que creemos merecer y que por fin tenemos a nuestra disposición...

Esa sensación que viene acompañada de la necesidad de elegir entre dos únicas opciones: dejarlo pasar para estar a tono con el momento presente o tomarlo y manejarlo para acomodarlo a tu ahora...

Hay valientes que no aceptan un "demasiado tarde para eso" y en vez de resentir la situación hacen lo necesario para estar ahí. Tarde pero presentes. Degustando los últimos mordiscos o lo que han dejado otros. Pero ahí. Haciéndolos parte de su historia aunque el papel protagónico no lo hayan tenido ellos.

Nunca apartados de las experiencias. Nunca rechazando lo que llegó rezagado. Viviendo momentos felices con lo que ahora se obtuvo...

Yo estoy a favor de ellos. De los que tienen la valentía de aceptar las cosas aun cuando lleguen tarde. Aun cuando para otros no sea "el momento". Aun cuando para otros "haya pasado su tiempo".

Qué grato debe ser llegar a viejos y conocer el sabor y color de esos anhelos, a veces desapercibidos, que  una vez tuvimos y que se volvieron tangibles cuando ya casi los habíamos olvidado!





No hay comentarios:

Publicar un comentario