domingo, 23 de agosto de 2015

Aligerando cargas...

Hasta que punto el perdón y la serenidad espiritual, sobre todo en la edad adulta, son formas de quitarle a la mente y a la vida acción?

La persona que guarda resentimientos y rencores está siempre en un estado de alerta, a la caza de cualquier oportunidad para desquitarse, vengarse o alegrarse de las tragedias de aquel que le hizo daño. La que no, mira la vida y los acontecimientos pasar en paz, sin nada que perturbe su tranquilidad.

Quien no perdona se viste de orgullo, de malicia y genera una lluvia de ideas acerca de como enfrentar y neutralizar al otro, su mente trabaja a todo vapor para conseguir respuestas y señales que apacigüen su rencor. El que perdona  se libera de falsas expectativas sobre la importancia que puedan tener sus pensamientos en la vida del  ofensor.

Es sabido entre los estudiosos de la mente humana que la persona se desenvuelve mejor cuando está alerta y que son los sucesos estresantes intermitentes los que probablemente mantienen al cerebro en estado de alerta.

¿Son entonces las ofensas, el rencor y el resentimiento elementos estresantes generadores de alertas que incitan a desenvolvernos mejor ya sea en sentido positivo o negativo?

Los rencores, resentimientos, odios, culpas y vergüenzas carcomen poco a poco nuestros mas íntimos sentimientos restándole espacio a tantas recargas de energía, claridad mental, empatía y gratitud que se dan en el día a día.

Permanecer sereno ante situaciones y personas que nos dañan sin intentar tomar acciones para contrarrestar sus efectos,  perdonar todo y a todos nos vuelve indolentes e insensibles en el quehacer diario? se pierde  algo del "sabor" para aguzar los sentidos en busca de varias interpretaciones sobre un mismo tema? Se vuelve "aburrida" tu vida y tus relaciones con los demás?  Es ésto la tibieza?

Perdonar nos sitúa mas cerca del olvido y es éste el que aligera las cargas pesadas. 

Ser rápido para perdonar es dejar a un  lado lo que pasó para seguir adelante, pero esto no implica darle al perdonado otra oportunidad para hacernos daño... perdón no es sinónimo de masoquismo. El perdón no debe disminuir nuestra capacidad para reconocer cuando estamos siendo engañados ni para impedir que nos mantengamos firmes y acorazados ante un nuevo abuso.

Vivir sin resentimientos y con la visión limpia de alertas nos ayuda a lograr paz interior y serenidad, estados de la mente y del alma que causan un gran sosiego y una gran libertad de pensamiento y que todos merecemos sin importar esos pequeños lunares llamados aburrimiento o tibieza.

Además, siempre se puede acudir a ese espacio de la mente limpio de resentimientos y llenarlo de trabajo, de artes, de pasatiempos, de deporte, de tecnología, y de muchas cosas mas.

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