domingo, 17 de noviembre de 2013

Dejando que el otoño llegue...

Otoño... gran acuarela de una vista llena de los colores ocres de la tierra! 
Los sabores, los olores, las texturas, los sonidos, las luces cuando estás rodeado de estos colores adquieren un matiz distinto que llena el alma de un sosiego y una sensación de aceptación que no se encuentra en otras estaciones. 

El otoño sugiere calma, añoranza, intimidad, tibieza, sabores fuertes, notas pausadas, olores a café, bayas y madera, luces tenues, notas de guitarra, piano y saxofón, nubes viajeras y paseos entre hojas y ramas secas. 

Es como un suspiro que despide a la exuberancia del verano y prepara el hogar para el frío que llega. Se cosecha todo lo que se sembró y, tal vez por eso, nos alista emocionalmente para dar un vistazo breve al camino recorrido y decidir cual es el que queremos andar ahora: sin prisa, sin pausa, sin equipajes, sin muchos apegos. 

La belleza y elegancia sobria de la naturaleza en otoño es comparable con ese punto de la vida de las personas en que las expectativas por cosas nuevas disminuyen y se empieza a disfrutar lo que se ha adquirido con los años en lo material, espiritual y emocional. 

Bienvenido el otoño!

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